Un país en tu mochila

martes, febrero 27, 2007

Las virguerías del himen

Virguería, según la Real Academia de la Lengua española responde a estas cuatro acepciones:

1. f. Adorno, refinamiento añadido a alguna cosa o trabajo.

2. f. Objeto, asunto, conversación, etc., sin importancia.

3. f. coloq. Cosa realizada con gran habilidad y perfección. El examen que hice fue una virguería.

4. f. coloq. Cosa excelente, extraordinaria. Este coche es una virguería.


Su significado no ofrece ninguna duda, ¿quién no ha utilizado esta palabra para describir una jugada de Zidane o la destreza culinaria de la suegra? Más allá de boleas ganadoras de copas de Europa y de los garbanzos para chuparse los dedos de la suegra, su origen es, si cabe, mucho más visceral aunque no libre de la misma heroicidad.

La palabra virugería procede de la palabra virguera. Las virgueras eran mujeres que se dedicaban a reconstruir el himen de aquellas desdichadas que decidían no esperar hasta el santo matrimonio para dejarse llevar entre abrazos y caricias. Armadas con cuatro cachivaches, ciencia infusa y hordas de valor, recomponían moral, social y físicamente una entredicha reputación.

En castellano se mantiene una antigua expresión para definir una tarea muy bien hecha o adornada: "es una virguería". Por cierto, en la actualidad aún se hacen virguerías, ahora con recursos quirúrgicos del más alto nivel.




"Celestina, hechicera, astuta, sagaz en cuantas maldades hay"
La Celestina. Fernando de Rojas.

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